
Como cada martes trece, comenzo mal, las tostadas eran pan de carbón y el café sabía más a trigo quemado que a café.-
Salí sin desayunar, estoy en una ciudad que no conozco, con gente que nunca he visto y con nidos en la cabeza, hoy llegaste con la misma cara como pidiéndole perdon a la inofensiva planta de interior que hay en mi pieza...tu barato pino silvestre me tiene aburrida, uff...tus manos tambien, y tu aliento a tabaco, hasta ese arito pequeño que tienes en la cresta de tu oreja...jaja....ese que a nadie puede incomodar, pues ya lo sabes, me incomoda a mi... mejor cántame ese rock and roll que me hiciste cuando eras poeta...hoy acabare con esto.-
Ha pasado ya un año desde que me mude a esta casa, me vine acá con una misión, y era poder reestructurar esta vida que perdió su norte el día que fuiste a comprar cigarros y nunca mas volviste...mientras yo tocaba guitarra tu me mirabas como diciendo, “Vamos Carmela, no me pidas que no sea un patán”.
Todo es mentira, sabia que me matarías si te lo pedia...Por fin las cosas están volviendo a su lugar, tus discos en tu casa, los míos en mi living, tu cenicero en tu corazón, el mio en mi velador, tus calzoncillos en las manos de otra, mis calzones...bien puestos.-